Vísperas

avisando a "prohibido trabajar mañana" (1995)


 

PREPARATIVOS DE LAS JORNADAS

Los labradores -que así siguen llamándose los agricultores en Alcozar- se afanaban por concluir las labores de la recolección. Los jubilados -residentes unos y llegados en los meses que el sol comienza a caldear otros- se mantenían expectantes ante los próximos acontecimientos que ya habían sido anunciados en la radio y en los "papeles". Los emigrantes, con su hatillo de cansancio, añoranza y soledad al hombro, empezaban a invadir las casas familiares, los hogares recientemente restaurados y las construcciones de nueva planta.

Corría el último fin de semana de julio; el próximo -adentrado ya en agosto- coincidiría con la inauguración de las Jornadas Culturales en conmemoración del Milenio de Piedra Sillada y de la muerte de García Fernández, II Conde de Castilla.

Sólo una semana para adornar las calles con pancartas y banderas, que no conseguirían ocultar los estragos producidos por el paso del tiempo, la desidia de los residentes y el escaso interés mostrado por los emigrados; para ultimar todo tipo de gestiones; y, sobre todo, para limpiar y acondicionar los locales que acogerían las diversas exposiciones.

Y apartando a un lado el cansancio acumulado durante todo el año, e incluso abandonando los quehaceres cotidianos, un nutrido grupo de mujeres se movía presuroso desde tempranas horas de la mañana con escoba, cubo o martillo en ristre, adecentando las diferentes estancias del edificio que albergó hasta hace escasas décadas el ayuntamiento y las viviendas del secretario y de los maestros.

Ardua tarea representó el desescombro de algunas piezas, y el tirar por las ventanas -para que después Mariano llevase con tractor a un vertedero- la infinidad de sillones, sofás y otros enseres que, procedentes del desguace de algunas discotecas, había sido acumulado en las estancias de la Casa de la Villa por los hace algunos años jóvenes alcozareños.

Tuvimos que dedicar las tardes a solventar todas aquellas cuestiones de última hora que, ante nuestra sorpresa, el ayuntamiento de Langa todavía tenía pendientes. Convocados a una reunión por el teniente alcalde y la concejala de cultura, descubrimos que buena parte de nuestras solicitudes -verbalmente aceptadas- habían quedado relegadas al olvido. Se nos notificó que no podíamos disponer del remolque-escenario que pensábamos utilizar como tribuna de oradores, pues había sido destruido por el viento durante las fiestas de Bocigas; que el equipo de megafonía no funcionaba desde hacía meses; que no podríamos disponer de sillas porque, de trasladar éstas a Alcozar, el resto de los pueblos que conforman el ayuntamiento de Langa las pedirían también cuando las necesitasen; que no se sabía cuándo se recibiría la placa de la plaza; y un largo etcétera de asuntos que, para nuestra desesperación, nadie había atendido. Finalmente, exigimos que Langa cumpliese con los compromisos anteriormente adquiridos y, salvadas las reticencias iniciales, se puso a nuestra disposición todo el material aludido, excepto la tribuna de oradores, que hubo de improvisar Isidro Hontoria colocando a tal fin un remolque de tractor.

Barrido y fregado innumerables veces todo el edificio destinado a exposiciones, aparecieron los olvidados orinales en las labores de limpieza, pues también se "jalbegaron" las paredes y, como en tiempos pasados, el "Blanco España" -necesariamente transformado en blanquinosa pasta y envasado en herméticas bolsas de plástico ostentando nueva marca de pintura- se preparó o diluyó en supervivientes "pericos" y "bañados". Destartaladas escaleras -no siempre bien asentadas en la pared- soportaban el peso de vigorosas jóvenes -y no tan jóvenes- dignas del pincel de Julio Romero de Torres. Se trabajaba duro. La frente sudorosa, la cara goteada de "jalbiegue" y los riñones molidos de acarrear cubos de agua de un lado para otro. Y el agua, por un momento clara y casi cristalina, se convertía en barro al tercer intento de enjuagar la fregona. El tiempo y la dejadez habían acumulado polvo, telarañas y hasta nidos de palomas y golondrinas con sus correspondientes detritus.

Unos cuantos hombres, en su mayoría jubilados, se afanaban también por mejorar el lamentable y casi ruinoso estado de salud de la Casa de la Villa. Amasaron cemento y yeso, taparon grandes desconchones, rehicieron desaparecidas esquinas, clavaron puntas, arreglaron puertas y bancos, instalaron luz...

A cuarenta y ocho horas escasas de la inauguración de las Jornadas todavía no se habían empezado a montar las exposiciones. Comenzaba la cuenta atrás con los huesos doloridos, pero con la mayor y más sincera de las sonrisas en los labios de todos. Y llegó el frenesí: coches que recorrían el pueblo recogiendo los objetos más variopintos; brazos que subían las escaleras cargando baúles, tinajas, cabezales de cama, cantareras...; manos que se multiplicaban para colocar cada pieza en el lugar idóneo. Y la inestimable pericia de Nieves Contreras consiguiendo que todo aquel maremágnum de objetos diversos se mostrara de forma no sólo agradable, sino hasta incluso artística a los ojos de todos los visitantes. Ni que decir tiene que nunca se hubieran conseguido resultados tan positivos si las puertas de las casas hubieran permanecido cerradas. Pero no, por el contrario, bastaba sugerir la necesidad de un determinado objeto para que éste apareciese inmediatamente como por arte de magia. Así llegaron alforjas desde la calle Angosta, cardas desde la calle Real, cestas desde la Plaza. Todo un pueblo volcado en la preparación de las exposiciones; toda una aldea prestando sus tesoros y reliquias más preciados.

 

necesario para lavar en el arroyo

diferentes tipos de mantas

 

Hasta última hora se esperó que el ayuntamiento de Langa enviase a alguna persona para instalar en la fachada de la Casa de la Villa la placa dedicada al II Conde de Castilla. Ante la premura de tiempo, fueron también cuatro de nuestros hombres quienes, encaramados en la pala de un tractor, hubieron de perforar la pared y colocar la mencionada placa. Momentos antes, Agustín Blanco había izado las banderas de Soria y de Castilla y León, y había colocado como pudo -no se disponía de mástil y el Gobierno Civil no había atendido nuestra solicitud en demanda de una bandera de España- un trozo de tela que hizo las veces de enseña de la nación bajo la ventana de lo que fuera secretaría de la Hermandad de Labradores.

Diez minutos antes de la hora prevista para la inauguración de la Plaza, las mujeres abandonaban las fregonas y corrían raudas para colocarse la camiseta blanca que con letras moradas proclamaba: ALCOZAR 995-1995 / MILENIO DE PIEDRA SILLADA.

 


 

 6 de agosto (VÍSPERAS)

Con el título de Vísperas aparecía en el programa el día seis de agosto.

A la una en punto de la tarde se procedía a dedicar la Plaza de Alcozar al Conde García Fernández. El por entonces alcalde del pueblo, Carlos García, se dirigió a los allí reunidos en los siguientes términos:

"Nos encontramos aquí reunidos para dedicar esta plaza a García Fernández, II Conde de Castilla. No voy a hablaros de este personaje histórico, pues de ello se ocuparán los historiadores que pronunciarán sus conferencias en Alcozar durante los próximos días.

Quiero aprovechar esta ocasión que se me brinda para agradecer -en nombre de este pueblo de Alcozar- el esfuerzo que habéis hecho para que estas Jornadas Culturales fueran posibles.

Agradezco, asimismo, la paciencia y tesón que habéis tenido durante muchos meses para recopilar por escrito costumbres y tradiciones que habían desaparecido; los sudores que habéis pasado estos últimos días para acondicionar el edificio del Ayuntamiento, adornar el pueblo y tener a punto todo lo necesario para que el acontecimiento que vamos a celebrar resulte un éxito. Y, además, quiero agradecer vuestra presencia hoy aquí, tanto si sois hijos del pueblo como si habéis nacido o venido de fuera. A estos últimos os deseo que os encontréis entre nosotros como en vuestra propia casa.

Y para acabar -porque el sol calienta, las mujeres tienen que hacer la comida y los hombres queremos subir a la bodega- como alcalde de Alcozar, pido la colaboración y la participación de todos para que la celebración del Milenio que ahora conmemoramos sea una fiesta de todos y para todos.

Y, cuando estas Jornadas Culturales acaben y hayamos descansado un poco, espero que emprendamos de nuevo la lucha para conseguir ver el lavadero convertido en museo. Confío en que al año que viene, por estas mismas fechas, nos reunamos a la entrada del pueblo para inaugurarlo.

¡Felices Jornadas Culturales a todos!"

A continuación, Conchita Gutiérrez, concejala del ayuntamiento de Langa de Duero, a quien acompañaba la también concejala Noelia Esteban, pronunció las siguientes palabras:

"Estamos aquí en representación del Ayuntamiento de Langa, del cual forma parte Alcozar.

Nos proponemos bautizar esta plaza centenaria, que de ahora en adelante se denominará Plaza de García Fernández. Pero yo, al igual que Carlos, dejo para los expertos el hablar del II Conde de Castilla.

Sólo quiero señalar que García Fernández no fue un conde cualquiera, pues hace mil años el Condado de Castilla era equiparable a los múltiples reinos de que se componía el suelo hispano. Por lo tanto, podríamos decir que este conde tenía una categoría similar a la de los reyes de aquellos tiempos.

Conocemos el esfuerzo que ha representado para vosotros el organizar un acontecimiento cultural como el que estáis a punto de celebrar. Admiramos vuestro valor e intentaremos tomar ejemplo y seguir vuestros pasos.

Sabemos que habéis contado con escasos recursos materiales y humanos y que, a pesar de todo, habéis sido capaces de seguir adelante.

Deseamos de todo corazón que vuestros desvelos sean recompensados durante los próximos días; que las Jornadas Culturales en conmemoración del Milenio de Piedra Sillada se conviertan para todos vosotros en un recuerdo inolvidable; y os animamos a continuar luchando por el mantenimiento de este pueblo milenario. Porque aquí están vuestras raíces, y porque Alcozar, como cualquier otro pequeño pueblo de Castilla, necesita el apoyo de todos para seguir existiendo; porque Alcozar, por supuesto, merece sobrevivir.

Que seáis inmensamente felices y que todas vuestras esperanzas se vean cumplidas.

Procederemos a continuación a descubrir una placa".

 

Acabada la lectura, el mencionado alcalde de Alcozar descubrió la repetidas veces mencionada placa y se ofreció un aperitivo a las concejalas del ayuntamiento de Langa de Duero.

A las cinco de la tarde, Fidel García -quien ejerció de sacristán junto a su padre durante su infancia y juventud- "voleó" y repicó las campanas de la iglesia para informar a los habitantes de Alcozar de que el día siguiente se consideraría festivo. Los diferentes toques arrancaron las primeras lágrimas de los alcozareños que, henchidos de emoción al recordar tiempos pasados, lloraron en más de una ocasión -unas veces discretamente y otras a moco tendido- a lo largo de las Jornadas Culturales.

Cuando callaron las campanas, Juan Manuel Morales -que sustituía al "aguacil" titular- recorrió las calles haciendo sonar una corneta y avisando "a mañana fiesta" con el siguiente pregón:

(tres toques de corneta)

"Por orden

del señor alcalde,

se hace saber

que queda prohibido

trabajar mañana

bajo la multa

de cincuenta pesetaaas".

A las seis de la tarde se abrían las puertas de las diferentes exposiciones. La noticia ya había sido ampliamente difundida, y un numeroso grupo de gente se agolpaba en las inmediaciones.

Las piezas expuestas quedaron distribuidas de la siguiente forma:

PRIMER RELLANO ESCALERA

. estela funeraria (procedente, con toda probabilidad, del antiguo monasterio de S. Vicente de Alcozar),

. traje regional femenino (saya roja, chambra negra, delantal negro, faltriquera tejida a ganchillo y mantón pardo rameado),

. "palancanero" metálico, "palancana" esmaltada, concha de jabón de olor y toalla oscura.

SEGUNDO RELLANO

. "hamugas" (jamugas),

. cantarera, tres cántaros con tapón de tomillo, botijo con "gorro" de ganchillo y "tapa-pitorro" de palo y dos botijas,

. collera de ganado vacuno,

. alforjas con orégano en uno de sus senos.

TERCER RELLANO

. losa de madera, rodete, saco y panal de jabón casero; balde con ropa de lienzo y bola de azulillo o añil,

. traje regional femenino,

. media de madera (para medir áridos),

. tapabocas.

CUARTO RELLANO

. arcón de madera con herrajes, mantillo, mantas de campo y estera,

. baúl y manta de viaje,

. "cachava" y manta de campo,

. dos mantones negros de pelo.

SALÓN DE SESIONES (primer piso)

. exposición de pintura de Concha Díez Valcabado y Ángel Molinero.

COMEDOR CASA SECRETARIO (primer piso)

. exposición de pintura de Lourdes López-Baissón y José Antonio González,

. venta de labores y trabajos manuales.

DORMITORIO CASA SECRETARIO (primer piso)

. exposición de pintura de Catalina Aparicio, Rosalina Oliva, Fermín García y Aurora del Álamo,

. exposición de juguetes antiguos ("moñas" de trapo, "cuhetes", tabas, palepes, cotos, cuartilleras, redonchas, etc.)

PASILLO CASA SECRETARIO (primer piso)

. dibujos infantiles.

PASILLO CASA MAESTRA (segundo piso)

. cuadros de punto de cruz y madera.

DORMITORIO "A" CASA MAESTRA (segundo piso)

. dibujos de José Luis Redondo,

. pinturas de José González,

. cestas, banqueta con jarro y palmatoria, andador, cuna de mimbre, lavabo de madera con jarrón y cubo, cachava y capucha de capillo,

. reloj de pared.

CUARTO CASA MAESTRA (segundo piso)

. diversas labores antiguas colocadas sobre pupitres escolares e intercaladas entre mantones de manila, candelabros, quinqués, planchas, etc.

. reproducción en miniatura de herramientas y aperos de labranza,

. trabajos de cestería y diversos,

. nacimiento policromado,

. ropa infantil y mañanitas,

. cuadros de punto de cruz y gobelinos.

COMEDOR CASA MAESTRA (segundo piso)

. muestras de piezas, remiendos, soletas, "calcaños" y "piales",

. cuadros de punto de cruz; diversas labores de aguja, bolillos, ganchillo, bordado, pintado, etc. intercaladas entre cestas, orinales, cabezales de cama, etc. Y Gloria Pastor, Milagros Pastor y Silvia Alonso con sus mundillos apoyados en la pared y haciendo una demostración de trabajos de bolillos.

COCINA CASA MAESTRA (segundo piso)

. reproducción de una cocina y un comedor antiguos con el ajuar correspondiente,

. pareja de ancianos (Asun Hernando y Gerardo de Blas) vestidos a la antigua usanza y sentados ante el hogar: ella escarmenando, cardando o hilando lana; él dando conversación o calentándose a la lumbre.

"DISPENSA" CASA MAESTRA (segundo piso)

. reproducción de una despensa típica de tiempos pasados (gamellas, ollas, tarrizas, máquina de picar carne, tinaja, etc.)

DORMITORIO "B" CASA MAESTRA (segundo piso)

. exposición de fotografías con sabor local,

. fotocopias de antiguos documentos relativos a Alcozar,

. publicaciones y prensa.

 

calle de Alcozar - Concha Díez Valcabado

bodegón - Catalina Aparicio Pastor

 

A las ocho de la tarde, tras cerrar las exposiciones, los alcozareños y visitantes se trasladaron hasta las bodegas, donde se procedió a elaborar tres cántaras de limonada con el vino donado por Mariano Puentedura, Juan Manuel Morales y Carlos García. Tres hombres -con vistosos delantales- se esforzaban por recordar la vieja fórmula y atar la moña de canela en un sarmiento que cruzaría la tarriza llena de líquido. Se pasó a la degustación y todos los reunidos aprobaron por unanimidad tanto el proceso de elaboración como los resultados.

De nuevo fue Juan Manuel Morales quien, con boina y la corneta de rigor, avisó a regaderas en los puntos acostumbrados y con la siguiente cantinela:

Por orden

del señor alcalde,

se hace saber:

a regaderas mañana,

por la cuadrilla de ancianos y viudas,

con "zadillas" y palas curvas,

bajo la multa de cincuenta pesetas.

Cuento en la calle Real.

 Y los alcozareños, que en esos momentos se encontraban cenando, salían de sus casas -como se hiciera antaño- y preguntaban al nuevo "aguacil" el motivo de su pregón.

 


mapa del sitio web

© ASOCIACIÓN ALCOZAR