| CORTAR LEÑA EN EL MONTE por Paco Pastor del Amo (2001)
midiendo la suerte de monte
El monte de Alcozar está distribuido en cuadrillas. Estas cuadrillas son: Camarero, Camaravalle, La Plaza, La Fragua, Picollera, Bajera, Calle Angosta y La Viuda, que se corresponden aproximadamente con las diferentes calles que componen el pueblo. Hay una parte que es de propiedad comunal y otra que es de particulares. Cada cuadrilla tiene dieciséis partes de monte; cada parte equivale a dieciséis onzas; y cada cuatro onzas componen un cuarterón. Una misma familia podía tener, por ejemplo, dos onzas en una cuadrilla, un cuarterón en otra y media suerte en la tercera. Para propiciar la repoblación forestal, cada año se cortaba leña en una parte determinada, dejando que crecieran los árboles o matorrales en las otras. Para determinar dónde se cortaría la leña aquel año, acudían al monte los representantes de las cuadrillas. Ocho de ellos se colocaban en línea recta y otros ocho, de los más expertos, iban calculando las cargas de leña que se tenían que cortar y daban unas cavadas con una “zadilla”. En cada una de estas cavadas o señales se colocaba un hombre de los primeros, hasta que se completaban las dieciséis suertes que se iban a cortar aquel año. La leña se cortaba con hacha. A las matas más grandes se les cortaban las ramas; esta operación se llamaba esgaramuzar. Con la leña así cortada se hacían las gavillas. Cada cinco gavillas componían una carga. La leña cortada y ya en gavillas se transportaba en carros o burros hasta el pueblo y cada cual la guardaba donde podía: unos en las tinadas para que no se mojara; aunque, como el clima de Alcozar es frío, se necesitaba bastante leña durante todo el año, así que cada casa tenía cerca su leñera, que era un simple montón de gavillas de leña en alguna arrén (herrén) o espacio libre próximo a la vivienda.
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