Yo
quería una muñeca;
nadie
me la regaló,
por
lo tanto decidí
confeccionármela
yo.
Buscando
en el canastillo,
un
día encontré un retal,
era
una tela de flores,
una
tela de percal.
Te
contaré, paso a paso,
el
proceso que seguí,
aunque
seas aún muy niña,
tú
lo puedes conseguir.
Para
los brazos y piernas
una
tela enrollé yo;
también
hice unas braguitas
con
ganchillo alrededor.
La
cabeza una bolita
rellena
con algodón;
el
cuerpo era de lo mismo,
de
tamaño superior.
El
vestido de una pieza,
con
un corte sin igual,
un
agujero en el cuello
y
dos para brazos sacar.
|
Mas...
pensando e ideando
también
le hice un delantal,
con
las rosas al minuto
en
bolsillos a la par.
Ya
tenía mi muñeca,
¡cómo
disfrutaba yo!
En
medio de mi embeleso
alguien
llamó mi atención.
Mi
abuela, que me observaba,
me
dijo con dulce voz:
"le
falta algo a tu muñeca;
en
eso te ayudo yo".
Con
las cardas era experta,
y
enseguida me cardó
una
vedija de lana
que
ni la seda igualó.
Puso
el pelo en la muñeca.
Estaba
mucho mejor.
Hasta
un lazo de colores
en
su cabeza prendió.
Terminada
la muñeca,
yo
la miré con amor.
Mi
abuela me contemplaba
y
mi madre me besó.
|