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LAS MARISTELAS

por Eulalia Romero del Hoyo (1995)

 

 

maristela

 

Las Maristelas eran unas vírgenes pequeñas que se llevaban de casa en casa. Cada barrio de Alcozar tenía su propia Maristela que, acompañada por las mujeres, se llevaba de una casa a otra.

Al comenzar el mes, a última hora de la tarde, las mujeres de cada barrio se reunían en la puerta de la casa donde se hallara su Maristela en aquel momento, y cantaban:

Ésta es tu casa, Señora.

Tus siervos aquí te tienen.

¡Oh, bendita la que viene

en nombre del Señor!

Eres reina, mandas sola;

eres madre, pues recibes

el cariño de quien vive

amándote con ardor.

 

Acabada esta canción, se recogía la imagen y se trasladaba a la casa siguiente para entregársela a la vecina que en ella vivía. Al salir dicha vecina a recibir la Maristela de ese barrio, volvían a entonar estas estrofas:

¡Adiós, adiós! ya nos dejas;

mas... si en este mes, Señora,

alguien que te reza ahora

el Señor lo llama a sí,

ven, asiste en su agonía

─consuelo de los humanos─

y llévalo con tus manos

al cielo, cerca de ti.

 

foto cedida por Felicitas Pastor Romero

 

Se trataba de una especie de congregaciones dirigidas al culto de la Inmaculada en familia y, al parecer, recordaba la visita que la Virgen María hizo a su prima Santa Isabel.

Como puede verse en la fotografía del margen, las visitas domiciliarias de las Maristelas estaban perfectamente organizadas y se regían por lo que pudiera considerarse una especie de estatutos. Se formaban "coros" de treinta personas y entre éstas se elegía un director o directora, persona encargada tanto de establecer y seguir el buen funcionamiento de los turnos, como de, en caso necesario, recabar fondos para la compra o reparación de la urna o de la imagen.

Los turnos sólo se interrumpían en el supuesto de que hubiera algún moribundo entre los congregados, en cuyo caso la Maristela se colocaba en la cabecera del enfermo.

Durante las veinticuatro horas que la urna permanecía en una casa, se mantenía una vela o lamparilla encendida y se rezaba ante la imagen, especialmente el rosario.


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