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EL PUEBLO: LA PLAZA, EL BARRIO DE ARRIBA Y EL BARRIO DE ABAJO por Montse Martínez Barba y Pedro Aparicio de Andrés (1994)
Barrio de Arriba
En Alcozar la vida se desarrolla a lo largo de una calle principal que recorre el pueblo de un extremo a otro. A los alcozareños no les ha gustado nunca vivir aislados; prefieren habitar en una comunidad compacta. La disposición del pueblo es la típica de los núcleos de población nacidos en la Edad Media al amparo de un castillo o atalaya de defensa, y de esta época data también la plaza porticada -"saportales"-[1] cuyos restos se conservan alrededor del frontón. La iglesia parroquial está situada en el centro de la calle principal y la plaza en su parte Norte. En la plaza se encuentra el ayuntamiento o "Casa de Villa", construido en 1898 en base a un presupuesto de 17.264'64 pesetas elaborado en el año 1893, y que, al parecer, se inauguró en 1900. Constituye la mayor edificación de la aldea. Consta de tres amplios pisos. En la planta baja se hallaban las escuelas y el pósito o granero municipal. Actualmente estas dependencias se utilizan: la escuela de niños como "peña"; la de las niñas como tienda de ultramarinos; y el granero como almacén de bebidas. Nunca se desarrolló una verdadera actividad en la plaza. Tampoco fue un lugar de reuniones. Sólo las tardes de domingo o días festivos era ocupada por los jóvenes que jugaban a la pelota en el frontón[2]. También fue utilizada como espacio de recreo de los escolares, pero éstos, concluidas las horas lectivas, preferían jugar en su propio barrio. En el primer piso del ayuntamiento están ubicadas las secretarías del ayuntamiento y de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, que perdieron su finalidad cuando en 1961 Alcozar fue anexionado a Langa en calidad de barrio. La vivienda destinada al secretario se halla también en este piso, y está deshabitada desde 1962. Y, por último, el salón de actos que utilizaba el ayuntamiento para las reuniones y asambleas del concejo municipal. A él concurrían los varones cabeza de familia cuando eran avisados mediante pregón con toque de corneta del alguacil—[3] a "oír órdenes". Y en tiempos pasados también se utilizó este salón para proyectar alguna película de cine mudo que se encargaban de hacer llegar al pueblo los miembros de la Sección Femenina o algún titiritero ambulante. El local era prestado a las compañías de titiriteros o húngaros que llegaban a la aldea con sus carromatos y una cabra, una mona y un asno, y que intentaban divertir a los campesinos durante algunas noches. Este salón de actos fue habilitado en 1966 como Tele-Club. En él se había instalado el año anterior un televisor y, como en aquellos tiempos pocos vecinos poseían su propia televisión, el local quedaba abarrotado de gente cuando se retransmitía algún partido de fútbol, alguna corrida de toros o los primeros programas musicales en los que las cantantes aparecían "ligeras de ropa". En el tercer piso del edificio se encuentran las viviendas de los maestros, y en las inmediaciones de la plaza la casa del sacerdote con el despacho parroquial y la del médico con una pequeña sala de consultas.
Barrio de Abajo (2004)
Todas estas viviendas han dejado de cumplir las funciones para las que fueron edificadas. Las casas de los maestros permanecen deshabitadas, la del sacerdote ha sido alquilada, y en la del médico se conserva la consulta y se ha habilitado una sala para el teléfono público. Volviendo a la plaza diremos que ésta sólo cumplió verdaderas funciones de plaza mayor durante las fiestas patronales que se celebraban el día del Corpus y el del Pilar, y que han sido trasladadas al quince de agosto por ser esa fecha la de mayor afluencia de "hijos del pueblo" emigrados. A escasos metros de la plaza, en un cerrete plano que se denomina Pico de la Horca[4], debió estar enclavada durante el Medievo la picota de ajusticiamiento, donde sin duda fue ahorcado más de un inocente. Existe otra zona dentro de la plaza -denominada "El Fuerte"- cuyo significado y antigua función no hemos sido capaces de descubrir. A pesar de que las escasas calles de la aldea tienen cada una un nombre específico —Real, La Fragua, Angosta, Camarero, etc.— los alcozareños, en sus conversaciones cotidianas, sólo suelen distinguir entre "el barrio de arriba" y "el barrio de abajo", señalando el límite entre ambos la iglesia parroquial. Aunque las autoridades civiles y eclesiásticas —cuando las hubo— vivían en el barrio de arriba, se ha considerado el barrio de abajo como más liberal y receptivo a las innovaciones. Incluso hoy, es esta parte de la aldea la que cuenta con mayor número de electrodomésticos y donde las mujeres se atavían con una indumentaria más actualizada. No hemos encontrado explicación al hecho mencionado, pues las familias denominadas "pudientes" viven y han vivido indistintamente en el uno o el otro barrio y, por lo tanto, no se puede considerar la posición económica como elemento explicativo. Lo cierto es que ya a finales de los años cincuenta las jóvenes del barrio de abajo acudían a las peluquerías de San Esteban de Gormaz con mayor frecuencia; seguían y se preocupaban por la moda en el vestir y estaban al día en lo que a canciones y cantantes se refiere. Según algunos estudiosos del tema esta dualidad entre barrios se debe al establecimiento en épocas remotas de un cacique en cada uno de ellos. Estos caciques encontraban sus "clientes" entre las familias que vivían a su alrededor y éstas, en pago por los servicios que el cacique podía prestar en un momento determinado —predominantemente anticipos en dinero— se veían obligadas a adoptar la "ideología" de a quien servían o de quien dependían. De cualquier forma, no se puede asegurar que fuera esta la causa de la dualidad existente en Alcozar. Nos resulta más lógico aventurar la teoría de que el barrio de abajo debe su relativo progresismo a su situación dentro del casco urbano. Este barrio está ubicado en la entrada del pueblo y, por tanto, puede ser el primero en recibir las innovaciones que llegan del exterior. La estructura del pueblo es compacta. Las casas están construidas unas junto a otras —con tabique medianil de separación— y se alinean a lo largo de la calle que ya se ha mencionado. Sólo un pequeño grupo de viviendas fueron edificadas de forma aislada —las de la calle Angosta— y aun estas se encuentran a escasa distancia las unas de las otras. Y, cuando tras las oleadas de emigración, quedaron deshabitadas muchas viviendas, las familias que vivían en calles apartadas aprovecharon la oportunidad para trasladarse a zonas más concurridas. No ha existido discriminación social por motivos económicos. Los alcozareños, cuando se agrupaban, lo hacían exclusivamente por razones de sexo y edad. Esta rivalidad entre barrios está tendiendo a desaparecer al no quedar en la aldea niños o jóvenes que puedan fomentarla. Y ya no se oye aquello de: "los del barrio arriba, patas arriba; los del barrio abajo, patas abajo" que canturreaban los escolares. [1] Localismo empleado en lugar de soportales. [2] En Alcozar se denomina "juegopelota". [3] Se suele denominar "aguacil". [4] Los alcozareños lo conocen por "Pico l'Horca".
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