| DÍA DE LA CRUZ por Marivalle Puentedura Pastor (2004)
bendición de campos
El día 3 de mayo, que en Alcozar siempre era festivo, se procedía a la bendición de los campos. Se consideraba el día más importante de todo el año, incluso más que las fiestas patronales. Por la mañana se trabajaba un rato, hasta el toque de campana, que era a las once. El toque avisaba a los labradores de que tenían que abandonar los trabajos. Generalmente, en esa temporada, se solía estar cultivando las viñas. Después se aviaban para ir a misa. Bajada a la era concejo en procesión con todas las insignias (pendones, que entonces había dos: el grande y el pequeño, el estandarte, la cruz de plata, el Santo Cristo y la Virgen del Vallejo. A continuación cada uno se iba a su casa a comer. Por la tarde se procedía a la bendición de campos. Se iba a la Carrera con todas las insignias mencionadas. Llegados a la cruz de madera de ese paraje, el sacerdote bendecía los campos con el hisopo en todas las direcciones, empezando por el suroeste. Por el camino se rezaba la letanía. Una vez bendecidos los campos, se subía la Virgen del Vallejo a la ermita, donde permanecía hasta el 12 de octubre, y todos los cofrades de la cofradía de la Veracruz celebraban una merienda. Eran cofrades todos los vecinos a partir de los 7 años, sin distinción de sexo. Pero a la merienda sólo acudían los hombres mayores de edad. La cofradía iba ordenada por el sacerdote del pueblo, que era quien llevaba por cuenta los que se casaban. La cofradía tenía dos alcaldes, por turno en relación con la fecha de casamiento. Si un año había más de dos matrimonios, éstos pasaban a ser alcaldes en años siguientes. También dos mayordomos. Los mayordomos pasaban a ser alcaldes el año siguiente. El cordero se lo comían entre 6: alcalde saliente y entrante; mayordomo saliente y entrante; alguacil y cura. Se comían la "sadura" con chanfaina se la comían por la mañana, tres cuartos se comían en la merienda y el cuarto restante lo dejaban para cenar, hacer cuentas y pasar el mando. Se pagaba una cuota de cofrades. Se pagaba muy poco y ese dinero se destinaba a pagar la merienda de los alcaldes salientes y entrantes, el alguacil y el cura. Se pagaba por matrimonios y las viudas la mitad, aunque luego, como no tenían derecho a asistir a la merienda, se solía decir: que pagaban pero no percibían. También se pagaba de aquí un cordero y el vino, unas catorce cántaras de vino, repartía a litro y medio por persona. Antes de empezar a merendar, entraban las autoridades (los de ayuntamiento, el juez, etc.) con los alcaldes salientes para probar el vino y a continuación bendecir la mesa el cura. Y “que les haga buen provecho”. Cada alcalde ponía un familiar joven para repartir el vino. Y luego salía el alguacil con un plato para recoger algo de cada uno de los comensales para comer ellos, el alguacil y los ayudantes. No se empezaba a merendar hasta que habían pasado los alguaciles a por la tajada, que podía ser una tajada de cordero, un trozo de congrio, un huevo cocido, un trozo de escabeche. Lo recogían todo revuelto en el mismo plato. Los entrantes pagaban una caja de galletas que se comía al finalizar la merienda.
cambio de varas de mando
Al terminar la merienda se rezaba por todos los cofrades difuntos del año (uno por uno, como la plegaria). Después entregan las varas (cruces o insignias) por mediación del señor cura, el saliente al señor cura y el cura al entrante, besando la mano al sacerdote y la cruz. Desde las ventanas del ayuntamiento se tiraban cacahuetes y caramelos antes de empezar la merienda. Los chicos y algunas mujeres estaban esperando el momento para cogerlos al vuelo o revolcarse por el suelo. Para corría para ver quien llegaba el primero a la plaza para coger los cacahuetes y caramelos. Los chicos y chicas estaban esperando a sus padres a la salida de la merienda para que les diera un traguillo de vino del porrón que se llevaba para recoger el vino que correspondía a cada cofrade. Y después iban con él a casa para comerse lo que les había sobrado. Ese día era el fijado para en lo sucesivo merendar todas las tardes hasta el día de San Miguel (29 de septiembre), que salían las quitameriendas en las eras. Flor lila y morada parecida al azafrán. El resto del año no se merendaba y esta temporada que se hacía, los chicos tenían que esperar hasta las 5 y, si ibas antes a pedirla, te decían que esperases hasta que pasara el vilano. Algunos sólo merendaban pan y otros “pan y algo”. Los demás de chicos decían: qué suerte tienes que puedes pedir “algo”.
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