| FIESTAS DE ANTAÑO por Sixto Aparicio Pastor
San Isidro (mayo 2005)
En Alcozar, hasta los años 1950-1960 se celebraban las fiestas religiosas que relacionamos a continuación.
Año Nuevo: Era una festividad importante. Durante la misa se adoraba al Niño Jesús y los chicos recorrían el pueblo pidiendo el "aguilando" (aguinaldo) puerta por puerta. Reyes: Con esta fiesta se consideraban acabadas las Navidades y había que "volver a escuela" al día siguiente. Los niños dormían poco e inquietos por la llegada de Los Reyes, que, en el mejor de los casos, se limitaban a dejar un puñado de castañas e higos en la alpargata que habían colocado en la ventana. San Sebastián: Se sacaba el santo en procesión y los casados bailaban ante él al son de la dulzaina y el tamboril. Dada su desnudez y con ese toque de ironía e irreverencia que caracterizaba al alcozareño, se solía decir: "San Sebastián desnudo, que le da el sol en el ojo del culo". Las Candelas: Se acudía misa llevando velas que bendecía el sacerdote. Estas velas se guardaban en casa y se encendían cuando había nublado para, según la creencia popular, ahuyentar la piedra. También se utilizaban para acompañar al viático cuando daban la extremaunción a algún vecino. Haciendo referencia a que comenzaban a aumentar las horas de sol, se decía el refrán: "para las Candelas, dos horas buenas". San Blas: Era una fiesta que sólo guardaban algunas personas y, como es el abogado de la garganta, solían acudir a misa aquellos que sufrían anginas. Según el refrán: "para San Blas, la cigüeña verás y, si no la vieres, año de nieves". Santa Águeda: No era fiesta de guardar, pero como era el día de las mujeres, éstas solían ir a misa por la mañana y jugaban a las cartas por la tarde. San José: Era una fiesta de guardar, pero no recuerdo ninguna peculiaridad especial. San Marcos: Se iba de procesión y rezando letanías hasta la cruz de su nombre, situada en el cerro Macerón. Era la fecha en la que se juntaban de nuevo los rebaños de ovejas, que habían estado divididos en pequeños atajos durante el invierno y al cuidado de los borregueros. Jueves Santo: Este día los ganaderos marcaban las crías (corderos y corderas) en las orejas; cada familia tenía una marca particular para poder distinguirlas de las demás, ya que en un mismo rebaño se juntaban animales de varios propietarios (amos). También se procedía a rabonar (cortar el rabo) a las corderas, que se comían tras ser asados en las brasas. Los mozos hacían la limonada, bebida típica de la Semana Santa elaborada a base de vino, azúcar, limones y canela. Viernes Santo: Por la noche se celebraba la procesión del Santo Entierro, que tenía lugar en la Cruz de la Carrera. Sábado Santo: No era fiesta de guardar, pero por la tarde se celebraba en la iglesia el bautizo del cirio. Se cogían frascos o botellas de agua bendecida que se utilizaba para rociar la vivienda y los corrales de los animales. Antes de entrar en la iglesia se cogían siete cantos que, una vez bendecidos, se tiraban a la calle en los días de tormenta para calmar o desviar los nublados.
portapaz (agosto 2006)
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