| SOPAS DE AJO por Saturnina Pastor Heras (1994)
sopas de ajo
Para hacer sopas de ajo se necesitan los siguientes ingredientes:
Se pone al fuego un recipiente con agua y se le echa un grano o dos de ajos machados. Cuando comienza a cocer, se le añade la sal y se le deja cocer un buen rato. Una vez hervido esto, se añade el pan en rebanadas de pan muy pequeñas y muy finas (cuanto más finas sean las rebanadas, tanto mejor). Las rebanadas se pueden recalar colocándolas en un plato y echando por encima el agua hirviendo que tenemos en la cazuela, o bien volcando las rebanadas dentro de la cazuela. El resultado es el mismo, aunque hay quien dice que saben mejor cuando se hacen como se ha indicado en principio. Se dejan cocer un poco más para que el pan se recale bien y las sopas queden más suaves. También puede retirarse la cazuela de la lumbre nada más echar las rebanadas de pan, pero así quedan las sopas un poco más ásperas. A continuación, se fríe un poco de aceite en una sartén y se añaden unos trozos de ajo. Cuando los ajos están oscuros (sin llegar a quemarse) se retira la sartén del fuego, se deja enfriar el aceite y se echa un poco de pimentón. Esta mezcla se vierte en el recipiente donde tenemos ya el pan y el agua y se deja cocer un poco, quedando las sopas de ajo listas para comer. Antes se comían todo el año, pero particularmente en otoño e invierno por la mañana, como desayuno, o por la noche para la cena. También pueden hacerse las llamadas “sopas recocidas”, para lo que hay que dejar evaporar gran parte del agua para que espesen las sopas. Se cuecen hasta que quedan como una papilla, y puede echarse un huevo encima removiendo bien la mezcla. Estas sopas recocidas fueron antaño el principal alimento de los niños pequeños, y se preparaban con una cucharada de aceite cruda para que hicieran mejor la digestión.
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