| CANCIONES DE RONDA (II)
preparados para rondar
por
Teófila García de Blas y Josefa Puentedura García (1978) LA
HERMOSURA Para
empezar a cantar, señores,
licencia pido, no
digan a la mañana: ¿quién
ha sido el atrevido? Si
quieres oír, bonita, de
tu hermosura cantar, incorpórate
en la cama, que
ahora vamos a empezar. Empiezo
por la cabeza, por
se el primer lugar; tienes
una mata de pelo que
te se puede envidiar. El
peine que te lo peina, ni
es de palo ni es de hueso; tiene
cuatro esquinitas y
en cada esquina un letrero. La
primera es una estrella, la
segunda es un lucero, la
tercera es una dama y
la cuarta un caballero. Las
peinetas que te pones en
ese pelo clavadas, con
esa mantilla fina pareces
mi enamorada. La
frente es de alabastro donde
yo me recreo; no
sale el sol para mí el
día que no te veo. Y
los ojos y pestañas y
esas pulidillas cejas salen
de mi corazón dando
suspiros y quejas. Esas
narices de barro, de
barro muy almadeno, de
barro como las mías y
otro poquito y ¡tan bueno! Esos
dientes menuditos como
la sal de moler, y
esos labios puliditos para
besar de placer. Esos
pechos cristalinos, cristalinos
del amor, que
si no bebiera de ellos, moriría
de dolor. Los
pendientes, que son dos, son
firmezas del amor; yo
te los pondría bien, prenda
de mi corazón. La
cadera que tu llevas y
en medio el crucifijo, yo
también la adornaría si
me casara contigo. De
la cintura para abajo en
eso yo no me meto, que
son partes delicadas donde
yo requiero intento. Esta
noche es San Silvestre y
mañana es Año Nuevo, prepara
el aguilando y
no te cortes los dedos. LAS
CAMPANILLAS Campanillas
de Belén que
tenéis la voz reclara, despertad
a esta doncella que
tiene lejos la cama. Tú,
que sabes que está lejos, señal
que has dormido en ella. Ni
he dormido ni he pensado, ni
he dejado de dormir, pero
bien sé que está lejos la
cama del serafín. La
cama del serafín no
es de almohada ni almohadones, y
a la cabecera tiene la
Virgen de los Dolores. La
cama del serafín no
es de almohadones ni almohadas, que
a la cabecera tiene un
ramito de avellanas. Las
cortinas de tu alcoba son
de terciopelo negro, y
entre cortina y cortina se
pasea un caballero. Las
cortinas de tu alcoba son
de terciopelo azul, y
entre cortina y cortina se
pasea un andaluz. Tu
estarás en esa cama con
las piernas bien calientes, y
yo estoy en esta puerta triqui,
triqui con los dientes. Allá
va la despedida, no
te la quisiera echar; se
marchan mis compañeros, no
me quieren esperar. EL
VESTIDO Licencia
pido a tus padres para
cortarte un vestido, que
nadie le ponga faltas y
a ti te sea cumplido. La
toquilla que te pones, con
el fleco al rededor, alfileres
que la prenden traspasan
mi corazón. El
vestido de esta doncella lo
comparo a una campana: por
debajo redondito y
de cintura delgada. Deténte,
lengua parlera, no
pronuncies tan aprisa, que
te has dejado atrás el
corsé y la camisa. Al
abrocharte el corsé, abróchalo
con amor, acuérdate
de aquel mozo que
te regaló el cordón. La
camisa de esta doncella, será
de tela muy fina, para
adorno de su cuerpo, sí,
será de muselina. Las
medias de esta doncella yo
no sé de qué serán: si
de hilo de estambre o
de seda natural. Las
ligas de esta doncella yo
sí sé de que pu'en ser; las
lleva un poco arriba y
no se las puedo ver. Las
hebillas del zapato serán
de cristal muy fino y,
con esto, ¡vida mía! se
ha terminado el vestido. Todas
las perlas y galas que
este vestido ha tenido, con
gusto las pagaría si
te casaras conmigo. SÁBADO
POR LA TARDE Sábado
por la tarde por
tu puerta me paseo; domingo
por la mañana me
pongo en el cementerio por
ver si tú vas a misa con
tu sal y tu meneo. Hasta
los casados dicen: ¡quién
pudiera ser tu dueño! Al
entrar en la iglesia, entras
con gran silencio, y
tomas agua bendita solamente
con dos dedos. Al
hincarte de rodillas delante
del Sacramento y
al decir: Señor, pequé, tres
golpes diste en el pecho. En
la misa, bien te vi; en
el sermón, no me acuerdo, y
al decir: "ite missa est", yo
me salí el primero a
hacer corrillo a la puerta y
allí quitarme el sombrero, y
hablar con tuyas vecinas, ya
que contigo no puedo. A
LOS CAZADORES Levántate
cazador tres
horas antes del día, que
he visto una liebre echada detrás
de La Carrasquilla. Levántate
cazador tres
horas antes del sol, que
he visto una liebre echada en
el alto El Macerón. Levántate
cazador tres
horas antes del alba, que
he visto una liebre echada detrás
del Portillo Langa. AL
SEÑOR CURA Buenas
noches a la una, buenas
noches a las dos, buenas
las tenga usted, mis
compañeros y yo. Para
empezar a cantar, licencia
pido otra vez, no
digan a la mañana: ¿quién
ha sido el descortés? Para
empezar a cantar debajo
de esta ventana, señores,
licencia pido a
la Virgen Soberana. La
casa del señor cura está
mirando hacia el Norte, y
por eso la llamamos la
casa del sacerdote. Esta
casa es de palillo, que
está mirando a la luna, y
por eso la llamamos la
casa del señor cura. Señor
cura, señor cura, bien
merecía usted estar en
la catedral del Burgo en
silla municipal. ¿De
'ande viene el señor cura tres
horas antes del sol? Viene
de la bella aurora de
dar gracias al Señor. ¿De
'ande viene el señor cura tres
horas antes del día? Viene
de la bella aurora de
dar gracias a María. Sacerdote
noble ¿cuál
es tu tía?: la
hostia o el cáliz, o
la Virgen María. Sacerdote
noble, ¿quién
es tu mujer?: la
hostia y el cáliz y
la Virgen también. Allá
va la despedida, despedida
muy bonita, que
mañana nos veremos al
ofrecer en la misa. A
LOS NIÑOS PEQUEÑOS Levántate
pollo huero que
duermes en la cocina, te
s'i-ha quemado el capote y
hueles a socarrina. Levántate
pollo huero si
te quieres levantar, nos
darás el aguardiente y
te vuelves a acostar. Ese
niño pequeñito que
tenéis a vuestro lado, Dios
os dé salud y gracia para
ponerlo en estado. Ese
niño pequeñito como
un grano de arroz, ¡quién
le pudiera sacar por
las puertas del balcón! Ese
niño pequeñito como
un grano de pimienta, ¡quién
le pudiera sacar por
debajo de la puerta! Ese
niño pequeñito como
un grano de cebada, ¡quién
le pudiera sacar por
debajo la ventana! Allá
va la despedida de
rosas y claveles y
de lirios encarnados, para
que de mi
te acuerdes.
CANCIONES DE LAS RONDAS DE NAVIDAD Fueron recogidas en 1995 en la página del zarragón http://www.alcozar.net/etnografia/zarragon01.htm por Tomás Sanz Pastor y Sixto Aparicio Pastor. A LAS MOZAS Cristalina niña hermosa, hija de padres honrados, te venimos a cantar estos tus enamorados. Estos tus enamorados te venimos a cantar la noche de San Silvestre, que el año se acaba ya. Esta noche es San Silvestre y mañana es Año Nuevo, y al darnos el “aguilando”, no se corte usted los dedos. El “aguilando”, señores, no se ha de echar en olvido, que también los mozos gustan de longaniza y tocino.
MÁS CANCIONES PARA LAS MOZAS Si quieres oír bonita de tu hermosura cantar, incorpórate en la cama, que ahora voy a empezar. Empiezo por la cabeza, por ser el primer lugar; tienes una mata de pelo, que se te puede riza. El peine que te lo peina no es de palo, ni es de hueso, que tiene cuatro esquinas y en cada esquina un letrero. La peineta que tú llevas, en ese pelo clavada, con esa mantilla fina; pareces mi enamorada. Los pendientes que son dos, son finezas del amor. Yo te los pondría bien, prenda de mi corazón. Esos ojos cristalinos y esa lengua encantadora. Con ella me das el sí ¡oh, piadosísima señora!. Esas narices de barro, de barro muy almadeno, de barro como las mías, de otro tal y tan bueno. De la cintura para abajo, Señores, yo no me meto, que son partes delicadas, donde yo requiero e intento. *** A tu puerta llamo puerta. a tu ventana, ventana, a tu madre, jardinera, y a ti, rosita temprana. A tu puerta hemos llegado con la intención de cantar, y las verjas de tu ventana se han convertido en altar. Tus labios de terciopelo, tus ojitos son luz, tu boca es una rosa y la imagen eres tú. *** Sabadillo por la tarde, por tu puerta me paseo. Domingo por la mañana, a misa bajo el primero. Por ver si tú vas a misa, con tu sal y tu meneo, que hasta los casados dicen: ¡Quién podría ser tu dueño! Al entrar en la Iglesia, entras con mucho silencio. Y al tomar agua bendita, sólo tomas con los dedos. Al hincarte de rodillas, delante del Sacramento, y al decir: ¡Señor, pequé!, tres golpes distes al pecho. Ya ha empezado la misa y estás con grande silencio. Y al decir “Ite missa est,” yo me salí el primero a hacer corrillo a tu puerta y hablar con tuyas vecinas, ya que contigo no puedo.
PARA LOS QUE DURANTE EL AÑO HABÍAN TENIDO UN HIJO Para empezar a cantar señores, licencia pido al amo de la casa y también a los vecinos. Para empezar a cantar, licencia pido otra vez al amo de la casa y también a la mujer. Esa niña pequeñita que tenéis a vuestro lado, Dios os de salud y gracia para ponerla en estado.
PARA SOLTEROS VIEJOS Levántate pollo “güero” que duermes en la cocina, se te ha quemado el capote y hueles a socarrina.
PARA LOS CAZADORES Levántate cazador, si te quieres levantar, que hemos visto una liebre echada en el Carrascal.
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