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OTRAS CANCIONES RELIGIOSAS

 

  (junio 2008)

 


 

SALVE  (Victoria Cabrerizo Pastor)

Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los campos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
flor de las flores,
muestra aquí
de tu gloria los resplandores,
que en el cielo tan sólo
te aman mejor.
Virgen Santa, Virgen pura,
vida, esperanza y dulzura
del alma que en ti confía,
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare,
todo mi amor para ti,
mas si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
mas si mi amor te olvidare
tú no te olvides de mí.

 

 

VIVA LA VIRGEN (Milagros Morales del Hoyo)

Viva la Virgen nuestra Patrona
que en nuestro pecho
tiene su altar,
y reine siempre
triunfante Cristo
en nuestro pueblo
noble y leal,

y reine siempre

triunfante Cristo

en nuestro pueblo

noble y leal.
Siempre seremos
tus fieles hijos,
nuestra abogada
siempre serás,
y con tu ayuda
perpetua siempre
derrotaremos
a Satanás,

y con tu ayuda

perpetua siempre

derrotaremos

a Satanás.

 

 

VENID Y VAMOS TODOS (Milagros Pastor del Amo)

Venid y vamos todos

con flores a porfía,
con flores a María,

que Madre nuestra es,

con flores a María,

que Madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes,

purísima doncella,
más que la luna, bella,

postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte

las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo,

Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos,

si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen,

en cambio, tú nos des.

 

 

ES PURA LA AZUCENA (Angelines Pastor Riaguas)

Es pura la azucena cuando en abril

perfuma su fragancia el rico persil

Pero más pura que tu divino rostro es la hermosura.

Es pura la fragancia de los jazmines

cuando adornan tus flores nuestros jardines.

Pero más pura que tu divino rostro es la hermosura.

Es pura de los mares la dulce brisa

y pura de los niños es la sonrisa.

Pero más pura que tu divino rostro es la hermosura.

 

 

SALVE, OH MARÍA (Angelines Pastor Riaguas)

Salve, oh María,

inmaculada,

Virgen amada,

reina de amor.

Guarda a tus hijos

bajo tu manto,

seca su llanto,

calma su ardor.

Guarda a tus hijos

bajo tu manto,

seca su llanto,

calma su ardor.

 

 

VIVA MARÍA, VIVA EL ROSARIO (Crispina Encabo del Blas)

Se cantaba durante las procesiones del Rosario de la Aurora.

 

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Labrador, si tú quieres frutos del campo,
los hallarás copiosos con el Rosario.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Labrador, si tú quieres paz y alegría,
rezarás el Rosario todos los días.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Los dieces del Rosario son escaleras
para subir al cielo las almas buenas.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Labrador perezoso, vístete luego
y acompaña al Rosario por este pueblo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

El demonio en la oreja te está diciendo:
no vayas al Rosario, sigue durmiendo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Para guardar los hijos en la inocencia,
rezarás el Rosario con reverencia.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Labrador perezoso, vístete aprisa,
que después del Rosario viene la Misa.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Los que van al Rosario no tienen frío,
pues la Virgen María sirve de abrigo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Tú, que tienes la casa cerca a la iglesia,
no dejes el Rosario por la pereza.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Campanitas se sienten bajar del cielo,
a despertar las almas que están durmiendo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Si quieres bendiciones, paz y alegría
rezarás el Rosario todos los días.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

 

 

(junio 2008)

 

 

Esta canción entonaba sobre todo durante la catequesis de los niños que iban a tomar la primera comunión.

VAMOS NIÑOS AL SAGRARIO (Mari Cruz Hernando Lamata)
Vamos niños al sagrario
que Jesús llorando está,
pero viendo a tantos niños,
muy contento se pondrá.
No llores, Jesús, no llores;
que nos vas a hacer llorar;
que los niños de este pueblo
te queremos consolar.

 

 

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES (Angelines Pastor Riaguas)

Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí. Venid, adoradores;
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús.
Cielos y tierra, bendecid al Señor.
Honor y gloria a ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a ti, Dios del amor.

 

 

AMANTE JESÚS MÍO (Mari Carmen Aparicio Muñecas)

Amante Jesús mío
¡oh cuánto te ofendí!
perdona mi extravío,
y ten piedad de mí.
Quién al mirarte exánime
pendiente de una Cruz
por nuestras culpas víctima
expirar el buen Jesús.
De compasión y lástima
no siente el pecho herido,
habiéndote ofendido
con negra ingratitud.
Una ardorosa lágrima
vierte mi Salvador,
tiene su vista lánguida
buscando al pecador.
Ven, ven a Mí, hijo pródigo,
Jesús llorando exclama;
ven, ven, mi amor, te llama;
dame tu corazón.
Llorad, cedros del Líbano;
mares, ríos, llorad;
llorad, rocas del Gólgota,
que va Dios a expirar.
Llora, pecador pérfido,
y llora sin consuelo,
que osaste al Dios del cielo
la mano levantar.

 

 

¡OH, BUEN JESÚS! (Gloria Pastor Monge)

¡Oh, buen Jesús!, yo creo firmemente,
que por mi bien estás en el Altar,
que das tu cuerpo y sangre juntamente,
al alma fiel en celestial manjar,
al alma fiel en celestial manjar.
Indigno soy, confieso avergonzado,
de recibir la Santa Comunión,
Jesús, que ves mi nada y mi pecado,
prepara tú mi pobre corazón,

prepara tú mi pobre corazón.

 

 

¡OH, BUEN JESÚS! (Araceli Puentedura Muñecas)

¡Oh buen Jesús!, yo creo firmemente,
que por mi bien estás en el altar,
que das tu cuerpo y sangre juntamente,
al alma fiel en celestial manjar,
al alma fiel en celestial manjar.
Indigno soy, confieso avergonzado,
de recibir la santa comunión,
Jesús, que ves mi nada y mi pecado,
prepara tú mi pobre corazón.
¡Oh buen pastor! amable y fino amante,
mi corazón se abrasa en santo ardor,
si te olvidé, hoy juro que constante
he de vivir tan sólo de tu amor.
Dulce maná y celestial comida,
gozo y salud de quien te come bien,
ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida;
desciende a mí, hasta mi pecho ven.
Espero en ti, piadoso Jesús mío;
oigo tu voz que dice ven a mí,
porque eres fiel, por eso en ti confío,
todo, Señor, espérolo de ti.
Pequé, Señor, ingrato te he ofendido;
infiel te fui, confieso mi maldad;
contrito ya, perdón, Señor, te pido,
eres mi Dios, apelo a tu bondad,
eres mi Dios, apelo a tu bondad.

 

 

EL NIÑO JESÚS SE MARCHA A LA VIÑA (Sixto Aparicio Pastor)

El Niño Jesús

se marcha a la viña.

¿Pues qué traerá?

¿Pues qué traería?

Un racimo halló,

que da sangre y vida.

El Niño Jesús

se va a la colina.

¿Qué recogerá?

¿Qué recogería?

Segando allí están,

recoge una espiga.

Junto a Nazaret

le encuentra María.

-¿Que traes amor,

amor de mi vida?

-Prenda no encontré

de tanta valía:

traigo el vino y pan

de la Eucaristía.

 

 

 

 

LOS PAJARITOS DE SAN ANTONIO (Teófila García de Blas, 1978)

Divino Antonio precioso,
suplícale al Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.
Para que mi lengua
refiera el milagro
que en el huerto obraste
a los ocho años.
Desde niño fue criado
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo admiración.
Fue caritativo
y perseguidor
del mal enemigo
con mucho rigor.
Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente
que mantenía su casa
con el sudor de su frente,
y tenía un huerto
en el que cogía
cosecha del fruto
que el tiempo traía.
Por la mañana, un domingo
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.
Le dijo: mi Antonio,
ven aquí, hijo amado,
escucha, que tengo
que darte un recado.
Mientras yo estoy en la misa
gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos
todo lo echan a perder:
entran en el huerto,
comen el sembrado,
por eso te encargo
que tengas cuidado.
Cuando se ausentó su padre
y a la iglesia se marchó,
Antonio quedó al cuidado
y a los pájaros llamó:
venid, pajaritos,
dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.
Para que mejor yo pueda
cumplir con mi obligación,
voy a encerraros a todos
en esta habitación.
A los pajaritos
venir les mandaba,
y ellos muy humildes
en el cuarto entraban.
Por aquellas cercanías
ni un pajarito quedó,
porque todos acudieron
como Antonio les mandó.
Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.
Al ver venir a su padre
luego les mandó callar;
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:
-Dime, hijo amado,
¿qué tal, Antoñito?,
¿has cuidado bien
de los pajaritos?
El hijo le contestó:
-Padre, no tenga cuidado
que para que no hagan mal
todos los tengo encerrados.
El padre que vio
milagro tan grande
al señor Obispo
mandó a avisarle.
Acudió el señor Obispo
con grande acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.
Abrieron la puerta,
también la ventana,
y los pajaritos
de allí no marchaban.
Antonio les dijo a todos:
-Señores, nadie se agravie,
los pájaros no se marchan
hasta que yo no lo mande.
Se puso en la puerta
y les dijo así:
-Vaya, pajaritos,
ya podéis salir.
Salgan cigüeñas con orden,
águilas, grullas y garzas,
gavilanes, avutardas,
lechuzas, mirlos y grajas.
Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.
Al instante que salieron
todas juntas ya se ponen
escuchando a San Antonio
para ver lo que dispone.
Antonio les dijo:
no entréis en sembrados,
marcharos por montes,
por riscos y prados.
Al tiempo de alzar el vuelo
cantan con gran alegría,
despidiéndose de Antonio
y toda su compañía.
El señor Obispo
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.
Árbol de grandiosidades,
y fuente de caridad,
depósito de bondades,
padre de hermosa piedad.
Antonio divino,
por tu intercesión
todos merezcamos
la eterna mansión.

 

 

DURANTE LA COMUNIÓN (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Silencio, silencio,

mirad al sagrario;

la puerta se abre,

ya sale el Señor (bis).

Mirad su semblante

respirando amor.

Lleguemos, lleguemos

con fe y sin temor (bis).

Mirad esa llaga

que tiene en el pecho;

mirad cómo clama

dulzura y piedad (bis).

Entremos en ella,

pues él nos convida,

y allí nueva vida

el alma tendrá (bis).

 

 

DURANTE LA COMUNIÓN (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Dueño de mi vida,

vida de mi amor,

ábreme la herida

de tu corazón.

Corazón divino,

dulce cual la miel,

tú eres el camino

para el alma fiel.

Tú abrasas el hielo,

tú endulzas la hiel,

tú eres el consuelo

para el alma fiel.

Corazón divino,

qué dulzura dan

de tu sangre, el vino,

de tu carne, el pan.

Dueño de mi vida,

vida de mi amor,

ábreme la herida

de tu corazón.

 

 

DURANTE LA COMUNIÓN (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Altísimo Señor,

que supiste juntar

a un tiempo en el altar

ser cordero y pastor.

Confieso con dolor

que hice mal en huir

de quien por mí quiso morir.

Cordero celestial,

pan nacido en Belén;

si no te como bien,

me sucederá mal.

Sois todo piedra imán

que arrastra el corazón

de quien os rinde adoración.

El manjar que se da

en el sacro viril,

me sabe a gustos mil.

Más bien que no es maná,

si el alma limpia está,

al comer de este pan,

la gloria eterna le darán.

Recibe al Redentor

en un manjar sutil,

el pobre, el siervo, el vil,

el esclavo  y el señor

perciben su sabor

si con fe viva van;

si no, veneno es este pan.

Del cielo descendió

el pan, que vivo está;

es manjar celestial

que Dios nos regaló

y él mismo preparó

dentro del vientre virginal.

Los ángeles al ver

tal gloria y majestad,

con profunda humildad,

adoran su poder,

sin ellos merecer

la dicha de gozar

de tan sacro y dulce manjar.

Soy muerte al pecador

que os llega a recibir;

dais al justo el vivir

con fino y tierno amor.

Oh, inefable Señor,

que, en un mismo manjar,

sabéis la vida y muerte dar.

Precioso candeal,

que al alma justa y fiel,

más dulce sois que miel.

Del más rico panal

de gloria celestial,

sois la prenda, mi Dios,

para reinar sin fin con Vos.

 

 

DESPUÉS DE LA COMUNIÓN (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Yo soy feliz, yo nada anhelo,

puesto que mora en mí.

Yo soy feliz, yo nada anhelo,

puesto que mora en mí.

Yo soy de Dios, oh, dulce pensamiento

que anega el alma en celestial amor.

Un Dios potente hasta albergarse llega

en mi pobre y estrecho corazón.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios, el cielo me contempla,

y el ángel que se acerca a mí veloz

halla mi pecho en templo convertido

donde el Eterno fija su mansión.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios, la sangre inmaculada

que de una virgen cándida tomó,

oh, gran prodigio, con mi sangre llega

hasta mezclarse en misteriosa unión.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios hasta el postrer momento,

sólo he de hallar encantos en mi Dios;

su dulce nombre ha de sellar mis labios

al dirigirle mi última oración.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios. Se abisma el pensamiento

cuando en mi pecho fija su mansión,

con reverencia el alma lo recibe

mientras el serafín tiembla a su voz.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios, mis ojos se recrean

al contemplar, absortos de esplendor,

desaparecer encantos terrenales;

huye ante la verdad toda ilusión.

Yo soy feliz...

Yo soy de Dios, el salvador del hombre.

El Rey de reyes hasta mí bajó;

Al recibirle, en lágrimas deshecho,

mi espíritu se inflama en santo amor.

Yo soy feliz...

 

 

ALABADO SEA EL SANTÍSIMO (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Alabado sea el santísimo

sacramento del altar,

y la Virgen concebida

sin pecado original.

Con pureza de conciencia,

dignamente preparado,

recibirás con frecuencia

a Jesús sacramentado.

Con esperanza y fe viva
llega de amor abrasado
a comer la misma vida,
que es Jesús Sacramentado.
Llega humilde, llega ansioso,
puro, limpio y sin pecado;
verás qué dulce y sabroso
es Jesús Sacramentado.
Sea siempre bendecido
y por todos adorado,
sea de todos querido
mi Jesús Sacramentado.

¡Ay, amante de mi vida!,

dulce esposo regalado.

¡Ay, Jesús, prenda querida!,

¡Ay, Jesús, sacramentado!

¡Ay, Jesús, que te he ofendido!

¡Ay, Jesús, que no te he amado!

Haz que al tiempo de morir,

en santo amor inflamado,

no deje de repetir:

Mi Jesús sacramentado.

Sea siempre bendecido

y por todos adorado;

sea de todos querido

mi Jesús sacramentado.

¡Ay, Jesús, que te ofendido!

¡Ay, Jesús, que no te he amado!

¡Ay de mí, que ingrato he sido

con Jesús sacramentado!

Cuando con abrazo estrecho,

en amores abrasado,

le tuvieras en tu pecho,

di a Jesús sacramentado:

Seré otro en adelante,

muy distinto del pasado;

tú solo serás mi amante,

¡oh, Jesús sacramentado!

Me has pedido el corazón,

y yo todo te lo he dado.

Tú me has dado tu perdón,

¡oh, Jesús sacramentado!

¡Oh, quién el pecho tuviera

en tus llamas abrasado!

y en el sagrario viviera

con Jesús sacramentado.

 

 

VAMOS, NIÑOS, AL SAGRARIO (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Vamos, niños, al sagrario,

que Jesús llorando está,

pero, en viendo tantos niños,

muy contento se pondrá.

No llores, Jesús, no llores,

que nos vas a hacer llorar,

que las niñas de este pueblo

te queremos consolar.

Vamos niños...

Florecitas de los valles,

venid todas a exhalar

vuestros más puros aromas

al que es todo caridad.

Vamos niños...

Pajaritos de los bosques,

venid todos a cantar,

a ver si con vuestros trinos,

le podemos consolar.

Vamos niños...

Estrellitas de los cielos,

bajad todas a adorar

a Jesús sacramentado

que está oculto en el altar.

Vamos niños...

Ven a mí, Jesús querido,

que de amor muero por ti;

que mi alma, enamorada,

sin ti, no puede vivir.

Vamos niños...

Jesús, vida de mi alma,

en tu amor mi dicha está;

déjame que hoy te diga:

¡oh, cuánto te quiero ya.

 

 

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Cantemos al amor de los amores,

Cantemos al Señor.

Dios está aquí

venid, adoradores,

adoremos a Cristo Redentor.

Gloria a Cristo Jesús;

cielos y tierra,

bendecid al Señor.

Honor y gloria a ti,

rey de la gloria.

Amor por siempre a ti,

Dios del amor.

 

 

HIMNO DEL APOSTOLADO (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Nuestro apostolado avanza ,
porque es donde Cristo impera.
La oración todo lo alcanza,
todo lo alcanza,
¡Qué grande es nuestra alianza!
¡Qué hermosa nuestra bandera!
¡Qué grande es nuestra alianza!
¡Qué hermosa nuestra bandera!
Entre sus plieges tremola
promesa de gran valor,

es un hijo de Loyola,

es un hijo de Loyola.

Cristo ha de ser,

Cristo ha de ser

el Señor de la nación española.
Cristo ha de ser el Señor.

Escúchalo, escúchalo, Satanás,

en tu rencor furibundo.

Jamás, jamás lo olvides, jamás;

jamás, jamás lo olvides Satán.

Reinará en España, y más
que en todo el resto del mundo.

 

 

CRISTO VENCE (cuadernillo de alumnas de Luciana Sanz Pérez)

Cristo vence, Cristo impera,
Cristo reinará.

Flote al viento su bandera,
que en sus pliegues la victoria va,

Venid, señor, y en triunfo,
las calles recorred
de un pueblo que os aclama
a gritos por su rey..

Venid y la promesas,
cumplid de vuestro amor;
venid, y en nuestra España
reinad, reinad, Señor.

Sí reinará en su reino
serás eterno.
Sí triunfará de las hordas del infierno.
Triunfará en nuestra nación
el Sagrado Corazón.

 

 


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