ACERTIJOS II (ADIVINANZAS) Y TRABALENGUAS
por Felicidad Pastor Romero (2006)
tiempo propicio para enseñar y aprender acertijos
ACERTIJOS
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Un pato y un gato nacen el mismo día y a la misma hora. Al cumplir un año, ¿cuál de los dos será mayor?. El pato, porque tendrá un año y pico.
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Blanca por dentro y verde por fuera; si quieres que te lo diga, espera. La pera.
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Come y no tiene boca, anda y no tiene pies, ¿qué es?. El fuego.
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Blanca soy, blanca nací, pobres y ricos comen de mí. La sal.
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Son doce hermanas, todas gastan medias; como son “numeriadas”, todas son cantadas. Las doce horas del reloj.
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Adivina quién soy: cuando voy, vengo, y cuando vengo, voy. El cangrejo.
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Animal soy y las cinco vocales te doy. El murciélago.
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Ya me traen, ya me llevan, y es darme mayor tormento, porque el fuego en que me abraso arde en el momento. El incensario.
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Chiquita como un ratón y guarda la casa como un león. La llave.
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Allí van dos: uno se moja y el otro no. ¿Qué cosita es?. El paraguas.
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Andando, andando, toca algunas veces pero siempre está marchando. El reloj.
Anda, anda y nunca llega a Peñaranda. El reloj.
El sol fue quien me dio vida y el sol me suele acabar, llego a la gente a asombrar y, aunque del agua nacida, al aire vuelvo a parar. La nube.
Redondo, redondo, como vaso sin fondo. Vaso no es. ¿Qué cosita es?. El dedal.
Juan y "Pinchamé" fueron a nadar, Juan se cayó al río. ¿Quién quedó?. Pínchame (da lugar a que quien formula la adivinanza pinche a quien la escucha)
Hablo y no tengo boca, corro y no tengo pies; soy blanca y negra y en mí se aprecia lo negro. La carta.
Verde me crié en el campo, negra fue mi mocedad, y ahora me visten de blanco para llevarme a quemar. El cigarrillo.
Colorado, colorado y con los pelos a los lados. La amapola.
Al dar la vuelta a la esquina, tropecé con un convento; las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro. La Boca.
Tan redonda como un queso y nadie puede darle un beso. La luna.
En el buen tiempo a nadie marea; en cuanto llueve repiquetea. El tejado.
Larga, larga como una soga y tiene dientes como una loba. La zarza.
Anido en las torres, largo cuello tengo y todos los años por San Blas vengo. La Cigüeña.
Alto, alto, como un pino y pesa menos que un comino. El humo.
Una señorita muy aseñorada, que siempre va en coche y siempre va mojada. La lengua.
Una señorita muy aseñorada, llena de remiendos y sin ninguna puntada. La gallina.
En alto vive, en alto mora; teje que teje la tejedora. La araña.
Desde lo alto da voces, y aunque sólo tiene un diente, bien avisa a todas las gentes. La campana.
Blanco es, la gallina lo pone, en la sartén se fríe y por la boca se come. El huevo.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar; corro de noche y de día hasta llegar a la mar. El río.
Una cesta de avellanas: por la mañana se recogen y a la noche se derraman. Las estrellas.
Un niño muy pequeñito, arrimado a la pared, con la colita colgando, esperando a la mujer. La fuente.
Cien mocitas en un corral, todas mean a la par. Las canales que caen de las tejas.
Un hombre colgado en la pared, con el pirulí fuera esperando a su mujer. El candil y la torcida.
Mi abuelo fue al pajar, mi abuela fue detrás; cuanto más se la metía, más tiesa se la ponía. Un saco cuando se va llenando de paja.
Casquete sobre casquete, casquete de duro paño; si no te lo digo yo, no lo acertarás en un año: La cebolla.
Cuadrado, cuadrado, con el asa al lado.
Es un acertijo con trampa, pues al no dar con la solución, quien ha planteado el acertijo contesta: El orinal.
Y sorprendido, quien no supo contestar dice: pero si el orinal no es cuadrado, que es redondo, dando pie a que el primero destape la trampa añadiendo: besa la flor que tiene en el fondo.
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Entre el boticario y su hija, y el médico y su mujer, se comieron 9 huevos y a todos les tocó a tres.
Es un acertijo con trampa en el que se ha de pensar que la hija del boticario era a su vez la mujer del médico.
TRABALENGUAS Y OTROS
Se trataba de repetir rápido estas dos frase, a la espera de que quien las
decía, dada la rapidez que exigía el entretenimiento, acabara diciendo "coño" en
lugar de caño y pagara prenda.
Del coro al caño,
del caño al coro.
Los chicos/as repetían esta cantinela cuando alguien llevaba sobre sí algo de lo
que no se había dado cuenta, por ejemplo un papel, una brizna de paja en la
cabeza, etc.
El burro [de] San Vicente,
que lleva la carga
y no la siente.
El burro [de] San Blas,
que lleva la carga
y pide más.
Algunos de los trabalenguas más populares::
El cielo está enladrillado,
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Parra tenía una perra. Guerra tenía una parra.
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Marcelino Pan y Vino,
rompió el jarro en el camino.
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Debajo [de] un carro
había un perro.
Vino otro perro
y le mordió el rabo.
¡Pobre perrito
cómo corría!
sin su rabito,
la cuesta arriba.
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Paco Peco, chico rico,
quién lo desenladrillará.
El desenladrillador que lo desenladrille,
buen desenladrillador será.
La perra de Parra subió a la parra de Guerra.
Guerra pegó con la porra a la perra de Parra.
Y Parra le dijo a Guerra:
¿Por qué ha pegado Guerra con la porra a la perra de Parra?
Y Guerra le contestó: Si la perra de Parra
no hubiera subido a la parra de Guerra,
Guerra no habría pegado con la porra a la perra de Parra.
¡Pobre jarro, pobre vino,
pobre culo de Marcelino!
insultaba como un loco
a su tío Federico,
y éste le dijo: "Poco a poco,
Paco Peco, poco pico".