| LOS BOLOS por Milagros Pastor del Amo (2001)
(agosto 2005)
Se jugaba a los bolos los domingos por la tarde y los días de fiesta de guardar. Jugaban las chicas, ya un poco mayorcitas, y antiguamente también las mujeres. Siempre ha sido un juego únicamente femenino. Las chicas, aparte de los bolos y algunos juegos, no tenían otra diversión en la época a la que yo me refiero más que pasear por los huertos o por la carretera y, si hacía mucho frío, subir al Hornillo, hacer lumbre con “ilagas” (aulagas o aliagas) y tomillos, y pasarse allí la tarde contando cuentos o coqueteando con los chicos de su misma edad. Se juega con nueve bolos de madera del mismo tamaño (de unos 50 centímetros de alto) y uno un poco más grande que recibe el nombre de chola . Además se necesitan dos bolas también de madera, de unos 10 centímetros de diámetro, ligeramente achatadas por el centro. En la actualidad sólo jugamos a los bolos los días de las fiestas patronales (13 y 14 de agosto) aunque el número de participantes es cada año mayor. Nos podemos juntar hasta 50 mujeres tirando las bolas (algunas con mucho arte) y el agradable ruido que produce el entrechocar de los bolos se oye durante toda la tarde en la Plaza. Siempre se juega en la calle, así que hay que repartir el espacio, porque al mismo tiempo que nosotras jugamos a los bolos, los hombres lo hacen a la tanguilla. Y, aunque el tiempo suele ser bueno, este año tuvimos que abandonar el juego y aplazarlo para el día siguiente, porque se levantó mucho viento y los bolos se caían antes de que las jugadoras tirasen las bolas contra ellos. Desde hace bastantes años se establece un trofeo para la ganadora, que es entregado la tarde del día 15 de agosto. Nosotras,
las mujeres, nos hemos decidido a jugar también a la tanguilla —que antaño
era un juego sólo para hombres— y esperamos que el género masculino haga lo
mismo (deje a un lado su machismo) y se atreva a enfrentarse a nosotras en el
lanzamiento de las bolas.
figura
A
figura
B La
colocación de los bolos ha ido variando con el pasar del tiempo. Mientras mi
madre decía que se debían poner según se muestra en la figura B, en la
actualidad los colocamos como aparecen en la figura A. A veces se decide
previamente si la chola ha de ir delante o detrás de los demás bolos. Cada
participante hace dos tiradas (con dos bolas) por turno. Cuando todas las
jugadoras han tirado por primera vez, comienza el segundo turno. La
línea de tiro se sitúa a una distancia de 10 o 12 metros
del primer bolo en el caso de la figura B, o de la chola si la colocación
es como se muestra en la figura A. Después
de cada tirada, se vuelven a colocar los bolos en su sitio, para lo cual se
hacen unas marcas en el suelo con tiza.
La
distancia entre los bolos es de una
cuarta
(entre 20 y 25 centímetros). Se colocan en tres hileras de a tres y delante o
detrás —según lo que se haya acordado— siempre en el centro, se pinga la
chola. Los
bolos pueden caer por el impacto directo de la bola al ser lanzada o bien al ser
derribados por otros bolos en su caída. Se
trata de hacer caer el máximo número de bolos en cada tirada. Se
cuenta un punto por cada bolo derribado y cinco si se consigue tirar la chola.
Esto también puede variar si se establece así antes de empezar el juego y con
el consenso de las jugadoras, pues a veces se da a cada bolo un determinado
valor y el doble de puntos a la chola. Cada
jugadora suma los puntos de sus dos tiradas y gana la que ha conseguido el mayor
número. Si
se da el empate entre dos o más máximas anotadoras, éstas han de seguir
jugando hasta desempatar.
(agosto 2005)
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