| JUEGOS CON PELOTA
LA PELOTA A MANO por Ángel Monge Rejas (2001)
El autor (segundo por la izquierda) con el trofeo de pelota conseguido en 1975
La pelota a mano es un juego que se practica desde hace mucho tiempo. Antiguamente era uno de los pocos deportes que se practicaba en los pueblos. A la pelota sólo jugaban los hombres y los chicos, pues se consideraba masculino, aunque a veces las chicas de la escuela jugaban medio a escondidas. Sólo se necesitaba un sitio donde poder jugar y una pelota. Los hombres y los mozos jugaban en el frontón, que, como en casi todos los pueblos de la zona, en Alcozar está en la Plaza. Durante los días laborables y especialmente en el recreo, los chicos también usábamos el frontón, pero los domingos y fiestas de guardar, como estaba ocupado por personas más mayores, nos teníamos que ir a jugar a otros sitios, como, por ejemplo, las paredes de la iglesia, hecho que no gustaba a algunas mujeres porque lo consideraban una falta de respeto a los lugares sagrados. Disponiendo de lugar, sólo quedaba hacerse con una pelota. En Alcozar, en los años a que me refiero era casi imposible comprarla, porque en el pueblo no se vendían y además la economía no daba para ello. Sólo jugaban con pelotas “buenas” o “de reglamento” los hombres y los mozos. Los chicos optábamos por hacerlas nosotros mismos. ASÍ HACÍAMOS LAS PELOTAS EN AQUELLOS TIEMPOS Para hacer una pelota se necesitaba una goma, que conseguíamos de la cámara de una bicicleta que estuviera pinchada y, por lo tanto ya no sirviera. Con ella hacíamos las tiras largas para formar el pelotín. A continuación necesitábamos lana, que obteníamos deshaciendo piales o calcetines viejos. A veces cogíamos a escondidas los piales que tenían nuestras madres en el canastillo de la labor para zurcirlos y luego, enteradas éstas de nuestra fechoría, nos “zurcían” a nosotros con un bardasco o nos mandaban a la cama sin cenar. Conseguida la lana de la forma que cada cual mejor pudiera o supiera, se enrollaba fuertemente encima del pelotín de goma. Posteriormente, cosíamos la pelota con hilo y acabábamos forrándola con esparadrapo —cuya consecución tampoco nos resultaba tarea fácil— pues no sabíamos forrarla con piel. Algunos chicos un poco más mayores se esmeraban un poco forraban las pelotas con piel de gato o de conejo y la cosían con hilo de bramante. Con lugar adecuado y pelota que botara, ya estábamos listos para poder jugar al frontón, que en Alcozar siempre se llamó simplemente jugar a la pelota.
Jugando a pelota (2001)
DÓNDE JUGAR A LA PELOTA El frontón está situado en la plaza del pueblo. Si nos situamos frente al frontón, podemos observar que a mano izquierda tiene un pequeño estribol[1] y a mano derecha una fila de casas que de principio a fin, es decir, a lo largo de toda la hilera, se apoyan sobre soportales. Este hecho plantea ciertas dificultades a la hora de jugar a la pelota. Si cuando estamos jugando la pelota se dirige hacia los soportales, no nos queda otro remedio que meternos a por ella. La hazaña se complica más si cabe porque en cada tramo de soportal se levanta un poste de madera y, además, tendremos que librar un par de escalones. Por si esto fuera poco, por encima de los soportales nos encontramos una pared de adobe con algunas deformaciones y pequeñas ventanas que hace desviar un poco más la trayectoria de la pelota. Una vez señaladas algunas de las complicaciones que se nos plantean, sólo nos quedan conocer las normas del juego, que hemos ido cambiando con el tiempo para adaptarlas a las del denominado frontón. NORMAS DEL JUEGO La primera y fundamental —y que nunca ha cambiado— es la raya de la pared del frontón. Está situada a unos 80 centímetros del suelo, y el reglamento dice que la pelota no puede dar de la raya para abajo. La segunda regla se refiere al espacio de juego, que queda establecido, como ya se ha indicado anteriormente, ya que a mano izquierda el frontón esta delimitado por el bordillo o escaleras de los soportales y por la derecha por el estribol. Si la pelota bota fuera, se considera mala. La tercera sería el saque. Para sacar tenemos una raya de saque. La pelota no debe botar por delante de dicha línea antes de sacar. Por detrás hay una raya de pasa la cual tampoco debe pasar la pelota cuando se saca. Una vez realizado el saque, estas líneas ya no nos sirven de nada. Si al sacar no sale la pelota de la primera raya, el tanto no se dará por válido. Si al sacar la pelota pasa de la raya de atrás o “pasa”, se considerará media y se volverá a repetir el saque. Si vuelve a ocurrir lo mismo, se dará como tanto malo. La última regla —que ha sido modificada en los últimos años— se refiere a los tejados. Antiguamente, si la pelota iba a un tejado y a continuación rebotaba y caía dentro del área de juego del frontón, la jugada se daba como buena y se seguía jugando. Pero, como esta regla ha traído bastante polémica, los jugadores habituales hemos decidimos considerar que, al dar en algún tejado, la pelota sale fuera del área, y, por lo tanto, la jugada se da como mala.
Soportales y frontón (foto: Isidra Hernando Lamata - 1970)
CONSIDERACIONES FINALES Por último diremos que este deporte prácticamente ha desaparecido, ya que la gente que queda en Alcozar es mayoritariamente muy mayor, y durante el verano los jóvenes prefieren jugar al frontenis con raqueta y no al frontón con la mano. De cualquier forma siempre queda alguna persona, como yo, que hemos vivido bastante este deporte y lo seguimos practicando como forma de diversión y no como competición. Aprovechamos el verano para quitarnos la espinita y el juego de pelota no falta durante las fiestas patronales del mes de agosto, por eso les digo que, si alguna vez pasan por Alcozar y nos ven jugando a la pelota, se paren a observar las dificultades que entraña este deporte. [1] Estribo, contrafuerte.
EL MARRO por José Romero Riaguas (2016)
Al marro jugábamos en La Plaza o en las eras. Permitía participar a cuantos chicos quisieran. Se repartían los jugadores en dos equipos. Se marcaba en el suelo un cuadro o bien se ponían cuatro piedras que formaban las cuatro esquinas y en medio se hacía un corro o círculo. Se necesitaba un palo ancho o una tabla y una pelota de las que hacíamos nosotros mismos con tiras de neumático. A veces teníamos la suerte de poder contar con alguna pelota de goma que nos habían comprado durante las fiestas patronales en el tenderete del confitero, que, aparte de almendras garrapiñadas y pistones, también vendía algún juguete, o que nos había traído nuestro padre de la feria de San Esteban. Después de echar a suertes para determinar qué equipo comenzaría, todos los chicos de ese grupo (A) se colocaban en el círculo y uno de ellos cogía el palo o la tabla. Un chico del equipo (B) lanzaba la pelota hacía el círculo y el que tenía la tabla (del grupo A) intentaba dar a la pelota con fuerza y enviarla lo más lejos que pudiera. Los del equipo contrario (B) tenían que recoger esa pelota lo antes posible, pues mientras tanto los chicos del equipo A iban corriendo y tocando con el pie cada una de las cuatro esquinas o hasta donde les diera tiempo y luego volvían al corro. Se volvía a tirar la pelota sucesivamente hasta que todos completaban las cuatro esquinas y volvían al corro. Si al lanzar la pelota la cogía al vuelo algún chico del equipo contrario, se cambiaban las posiciones y era el equipo contrario el que ocupaba el círculo central.
|