| LA TROMPA por Juan José Sanz Puentedura (1995)
bailando la trompa
Este juguete, que en otros pueblos se denomina peonza, era uno de los pocos que nos compraban nuestros padres en las ferias, aunque siempre necesitaba alguna reparación que hacíamos nosotros mismos para enmendar los desperfectos causados por su uso. La trompa se lanzaba dentro de un círculo por medio de una cuerda que se enrollaba alrededor y que luego se desenrollaba con el impulso del tiro. A veces, cuando no paraba de girar, decíamos que se "había quedado recana" y, entonces, podíamos cogerla con la cuerda, levantarla por alto y dejarla caer de nuevo dentro del círculo. También nos la poníamos en la palma de la mano (haciéndonos cosquillas) y la dejábamos bailar así durante un buen rato. O bien la tirábamos contra otra trompa para intentar sacar esta última del cuadro o círculo que se había hecho para que bailaran dentro. Estos golpes producían resquebrajaduras en la madera de la trompa, que había que reparar restañándolas con alguna laña o grapa de alambre. Al arparse (resquebrajarse) la trompa, podía salirse la punta, que era de hierro y, en esos casos, también necesitaba la correspondiente reparación.
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